8/11/13

western wilderness .

Temprano y respetando esto de viajar siempre en horas de luz de día, para cuidar de la fauna del lugar, que es mayormente activa durante el atardecer y la noche y muchos mueren en la ruta atropellados, salimos camino a la otra punta más lejana de la isla, el oeste salvaje y rudo de Tasmania. Allá vamos.

Las fotos son mayormente de nuestras aventuras y paisajes en la ruta, ya que nos pasamos aproximadamente 7 horas para hacer el camino que nos separaba de Triabunna con Strahan, nuestro destino final. 

Además de perdernos y encontrarnos en reiteradas ocasiones, también hicimos paradas en algunos lugares, como Richmond nuevamente y una parada recomendada y que encontramos casualmente, para la hora del almuerzo, The Hungry Wombat, un restaurante en Derwent Bridge, último pueblo antes de meternos por completo a los parques nacionales Cradle Mountain Lake St. Clair y Franklin Gordon Wild Rivers.

El viaje nos fue presentando diferentes paisajes, muy diversos, en el transcurso de las 7 horas. Transitamos por la rutas por las que ya nos estábamos habituando más, de campos por un lado y playas por el otro, hasta quedar inmersos únicamente en tierras de pastoreo y zonas de bosque autóctono. Acercándonos más al oeste, le paisaje parece modificarse radicalmente. A nuestros ojos, cadenas montañosas colosales, mesetas de brezales alpinos, ríos, bosques aún más impenetrables, otros colores. Gran parte de este paisaje es Patrimonio Mundial de la Unesco, sólo encontramos en el camino algunas aldeas primitivas y toscas. Por delante quedan Queenstown y Strahan, como las últimas dos ciudades más pobladas en esta ruta.

Para llegar hasta ahí desde Richmond teníamos dos opciones según el mapa. Podíamos agarrar la ruta 5 y encontrarnos más arriba un cruce a la ruta 10 de dudosa construcción, o podíamos directamente rastrear la ruta 10 y hacerla completa. Por supuesto nosotros y nuestras ingenuas decisiones, elegimos la ruta de dudosa construcción. Y nos encontramos con una calle de tierra, por la que teníamos que hacer unos cuantos kilómetros, transitada mayormente por camiones, sinuosa, y altura, bordean la montaña. De un lado piedra, del otro bosque y precipicio. Por suerte, salió todo bien, y recuperamos el asfalto sin incidentes.

Pasamos por un pueblo llamado Bothwell del que no tengo muchas imágenes, pero se veía encantador! De lo más lindo que pasamos en el camino en cuanto a asentamiento poblacional. Tenían una señalética extrañamente hecha con un fondo escocés! jajaja

La rutas están muy bien organizadas, a pesar de que todos manejan un poco como bestias. Hay carriles de adelantamiento bastante seguido, por lo que no hay necesidad de andar adelantándose en cualquier momento. Sigue habiendo carteles de estos a los que ya nos empiezan a tener más acostumbrados: "La fatiga puede ser fatal", "Stop, revive, survive", entre otros ya mencionados! jaja

Llegamos a Derwet Bridge ya necesitados de combustible, y por más que se veía un pueblo desierto, encontramos una estación de servicio, que casualmente, tenía dentro el restaurante The Hungry Wombat, que nuestra guía nos había recomendado hacer una parada. Gracias a nuestra suerte, nos sentamos a comer unas hamburguesas gourmet caseras, que venían dentro de un pan de campo individual, atravesadas de punta a punta por un cuchillo, y  montadas sobre una base de papas fritas. Queso, lechuga, tomate, cebolla, pepino y remolacha.

Seguimos camino, la ruta se convierte en Lyell Hwy que desciende sinuosa desde las montañas hasta Queenstown. El paisaje se ve lunar, casi apocalíptico de desfiladeros erosionados y laderas peladas, por el destructivo pasado minero de la ciudad. Aparentemente hoy en día, la actividad está controlada, así como las emisiones de sulfuro y el verde lentamente se va haciendo presente en las colinas.

Salimos de Queenstown para seguír camino a Strahan, a medida que nos vamos acercando al centro aparece el puerto natural de Macquarie a la vista, el único vestigio de civilización en el salvaje oeste. Esta zona supo ser inaccesible por tierra y de difícil acceso por agua, sólo se podía llegar por mar, atravesando las Hells Gates (Puertas del infierno). Aquí también en la isla de Sarah y por las condiciones dadas, se estableció una colonia penal, que después se abandonó con la creación de Port Arthur.

Dicen que acá puede nevar de repente en verano o llegar en cualquier momento una tormenta de nieve. No queremos tentar a nuestra mala suerte, pero por ahora llevamos los dos mejores días de sol, sin nubes y templado de las últimas dos semanas.

Aprovechando el buen clima, y las energías que todavía nos quedaban, hicimos una caminata en el People's Park para ver las Hogarth Falls, era una caminata estimada de 45 minutos ida y vuelta, que terminamos haciendo en 20 o 25 minutos aproximados, al adentrarnos en el bosque, sin la luz del sol, se ponía frío y nosotros tan confiados, sin abrigos, nos vimos obligados a tener que caminar más rápido jajaja Fuimos en busca de un punto de lookout en la cima del Water Tower Hill. Y bajamos para hacer el camino que nos llevó a Ocean Beach, la playa más extensa de todo Tasmania, con 33 km de largo. Hay muchos remolinos y corrientes, por lo que no se recomienda nadar, pero sí ir a ver la puesta del sol, por lo que ese fue el plan final!























































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