8/11/13

queenstown & strahan .

Los planes para nuestra estadía en el salvaje oeste eran: descansar, hacer un crucero por el Gordon River y tomar el tren West Coast Wilderness Railway desde Strahan a Queenstown.

Nos levantamos tarde siguiendo el plan del descanso, y nos fuimos hasta información para averiguar por el resto de nuestra planificación. 

Resultó ser que el tren no está funcionando, por lo que nos vamos a quedar con las ganas de hacerlo.  El tren cerró en 1963, la línea ha sido restaurada y con locomotoras a vapor o diésel, hace hoy en día recorridos de cuatros horas, desde Queenstown a Strahan y viceversa.  Como no podíamos esperar más de nuestra suerte, el tren sólo funciona de diciembre a marzo y con una frecuencia especial limitada, entre abril y septiembre. Por lo que los únicos dos meses que NO FUNCIONA (octubre, noviembre) son justamente los dos meses en los que nos vinimos de vacaciones. Nada que hacer, imposible de remediar. 

El tren fue construido para transportar cobre desde la mina del monte Lyell en Queenstown, hasta el puerto natural de Macquarie en Strahan.Se veía muy interesante poder hacer el recorrido que supo ser la única conexión entre la costa oeste de Tasmania con el resto del mundo, atraviesa el bosque, cruza por al menos 40 puentes sobre ríos salvajes y para en viejas estaciones.

Reservamos entonces nuestros tickets para el día después no perdernos el crucero por el Gordon River también y sin más opciones, salimos para Queenstown, a dar el paseo, ya que sólo le habíamos dado un vistazo en el camino, pero creíamos merecía una visita más, a este extraño lugar que supo ser uno de los pueblos mineros más ricos del mundo.

A la llegada, hicimos una caminata por el centro, la visita a la estación de tren, por el monumento The Miners Siding que conmemora la historia de ese pasado (y presente) minero del lugar y recorrimos las calles llenas de edificios con características de otra época, casi como sacados de un set de filmación.

Subimos al mirador Spion Kopf, que más que subir fue casi como escalarlo, no podían haber hecho una rampa más en diagonal para acceder a la cima! Desde lo más alto pudimos tener una vista 360º del lugar y de las montañas que rodean y encierran al pueblo de Queenstown. 

Bajamos y nos fuimos directo a visitar la primera mina local, desde la superficie claro, Iron Blow. Una mina que fue trabajada durante 10 años como una mina de oro antes de que descubrieran los bastos depósitos de cobre. Desde el mirador se divisa la mina a cielo abierto abandonada, mientras bajo el enorme cráter la actividad continúa.

Y seguimos por la ruta con destino a Nelson Falls muy confiados y con mucho tiempo. En el camino hicimos una parada para ver el paisaje desde el Lago Burbury. Cuando llegamos a la cascada de Nelson, descubrimos que ya habíamos hecho suficiente como para habernos adentrado en el Parque Nacional, y así era. Por supuesto llegamos hasta ahí sin considerarlo, y sin tener la menor idea de a dónde las íbamos a encontrar, y no teníamos pase para ingresar. Y en el medio de la nada, a unos 30 km. de la civilización más cercana, en el ingreso a la cascada, no había forma de adquirirlos tampoco, por lo que nos tuvimos que ir, sin poder verlas!

Y volvimos a Strahan en un día más que tranquilo, y con tiempo para ver las Henty Dunes, a 11 km. al norte de la ciudad, dunas de más de 30 metros de altura! Hicimos una caminata por encima, pensando que en algún momento nos iba a terminar llevando a una bajada a Ocean Beach, pero eso no pasó, y antes de que nuestras huellas se borren de la arena, o se empiecen a volver confusas con otras y no tuviéramos ya forma de volver, deshicimos el camino y volvimos al auto.

Una última aventura a Macquarie Heads y una vista distinta a Macquarie Harbour.















































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