10/11/13

300 días de lluvia .

Considerando que nos encontrábamos en un lugar en donde suele llover 300 días al año y además es muy común que caiga nieve incluso en cualquier día del verano, estábamos teniendo mucha suerte. Estaba claro que el día que la dejásemos de tener, iba a ser el menos indicado.

El plan era un crucero por Macquarie Harbour y Gordon River. Claro que ese día cuando amanecimos, llovía, muchísimo! y estaba muy frío.

Nos preparamos con todo el abrigo que teníamos y la ropa de lluvia porque no parecía que fuese a parar en ningún momento y el crucero duraba aproximadamente cinco horas!

Salimos del muelle a las 8.30 am., mientras nos dirigíamos a Hells Gates (Puertas del infierno) fueron contándonos toda la intrigante historia de Macquarie Harbour, la bahía natural más grande de Australia (mucho más que la de Sydney). Llegamos a Hells Gates, las puertes del infierno como fue llamado por los presos que arribaban a Sarah Island, al estrecho paso que hace de ingreso desde el mar abierto a la bahía de Strahan. En el camino vimos unas rarezas, como si fuesen jaulas en el agua, que son una especie de granja ultra tecnológicas de "acuicultura" en dónde cientos de miles de salmón atlántico de Tasmania son criados. Bordeamos las majestuosas montañas que forman parte del South West Wilderness National Park. 

La primera parada fue en Sarah Island, en donde se encuentran las ruinas de una de las cárceles de Australia más antiguas, predecesora de Port Arthur por décadas. Cárcel desde la que lograron escaparse de una forma dramática y graciosa, unos 10 presos, usando uno de los barcos que se suponía estaban construyendo como una de las tareas que los convictos tenían en esa isla. Eran los últimos en ser trasladados a Port Arthur, justo cuando Sarah Island iba a ser cerrada, y lograron escaparse de la forma más insólita, para una cárcel tan estricta, tan temida, tan complicada por su ubicación…

A la hora del almuerzo, salmón, quesos y muchísimos otros productos locales, durante dos horas de navegación serena en el Gordon River, un río serpenteante, dentro del bosque.

Y nunca paró de llover, menos de hacer frío. Y así fuimos pasando las horas de crucero, en nuestro último día en el salvaje oeste.

Llegamos después de la excursión y decidimos que ese iba a ser un día de completo relax. Hicimos un café con leche, compramos chocolates, nos metimos en la cama, y mientras afuera diluviaba, hicimos un día de series y descanso absoluto!



















































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